Efecto doppler
El efecto doppler, (llamado así en honor al físico y matemático austriaco Christian Andreas Doppler) es el cambio de frecuencia aparente de una onda producido por el movimiento relativo de la fuente respecto a su observador.
Hay ejemplos cotidianos del efecto doppler en los que la
velocidad a la que se mueve el objeto que emite las ondas es comparable a la
velocidad de propagación de esas ondas. La velocidad de una ambulancia
(50 km/h) puede parecer insignificante respecto a la velocidad del
sonido al nivel del mar (unos 1235 km/h), sin embargo, se
trata de aproximadamente un 4 % de la velocidad del sonido, fracción
suficientemente grande como para provocar que se aprecie claramente el cambio
del sonido de la sirena desde un tono más agudo a uno más grave,
justo en el momento en que el vehículo pasa al lado del observador.
Hippolyte Fizeau descubrió
independientemente el mismo fenómeno en el caso de ondas
electromagnéticas en 1848. En Francia este efecto se conoce como "efecto Doppler-Fizeau"
y en los Países Bajos como "efecto
Doppler-Gestirne".
En Gran Bretaña, John Scott Russell hizo un estudio experimental del efecto doppler
(1848).
En el caso del espectro visible de la radiación
electromagnética, si el objeto se aleja, su luz se desplaza a longitudes de
onda más largas, produciéndose un corrimiento hacia el rojo. Si el objeto se
acerca, su luz presenta una longitud de onda más corta, desplazándose hacia el
azul. Esta desviación hacia el rojo o el azul es muy leve incluso para
velocidades elevadas, como las velocidades relativas entre estrellas o entre
galaxias, y el ojo humano no puede captarlo, solamente medirlo indirectamente
utilizando instrumentos de precisión como espectrómetros. Si el objeto
emisor se moviera a fracciones significativas de la velocidad de la luz,
sí sería apreciable de forma directa la variación de longitud de onda.
Doppler propuso este efecto en 1842 en su tratado Über das farbige Licht der Doppelsterne und einige andere Gestirne des Himmels (Sobre el color de la luz en estrellas binarias y otros astros). El científico neerlandés Christoph Hendrik Diederik Buys Ballot investigó esta hipótesis en 1845 para el caso de ondas sonoras y confirmó que el tono de un sonido emitido por una fuente que se aproxima al observador es más agudo que si la fuente se aleja.
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